martes, 23 de noviembre de 2010

El maltrato para conseguir niñas olímpicas en China

El maltrato para conseguir niñas olímpicas en China



(EFE / PD).- Nadar durante tres horas con las manos y los pies atados a los 10 años o recorrer 3.550 kilómetros en menos de dos meses a los 8 son algunos de los casos más recientes de "entrenamientos paternos" en China para conseguir una hija olímpica y que son catalogados por los expertos como maltrato infantil.
El primer caso mencionado se registró el martes pasado en la provincia central de Hunan, cuando una niña de 10 años, Huang Li, nadó durante tres horas atada de pies y manos en el río Xiangjiang, afluente del Yangtsé, según informa la agencia china Xinhua. El ejercicio fue pergeñado por su padre, Huang Daosheng, investido como su entrenador, con el objetivo de mejorar la resistencia de la niña para realizar su sueño, según el progenitor, de cruzar a nado el canal de la Mancha y convertirse en nadadora olímpica dentro de 10 años.
En el río de su nombre
Según el padre, un profesor de secundaria, la niña es un "prodigio de la natación" y el año pasado ya nadó sin parar durante nueve horas un recorrido de 14 kilómetros en el Li Shui, precisamente el río cuyo nombre el padre escogió, sospechosamente, para bautizar a su hija. La proeza de la niña en el Xiangjiang acabó cuando la madre decidió que la pequeña tenía que comer algo: "Sé que puede continuar, pero temo que pueda estar en peligro. Hace frío y solo ha comido un bol de fideos antes de empezar a nadar", explicó la madre.
Huang nadó sin ningún tipo de medida de protección ni seguridad debido a problemas económicos, algo que el padre espera solucionar en futuras ocasiones. "La próxima vez nadará más tiempo y la seguiré en un bote para garantizar su seguridad", dijo. Los testigos de la escena cuestionaron los motivos de Huang para obligar a su hija a nadar en esas condiciones. "Sus padres deberían darse cuenta de que están maltratando a la niña", advirtió una mujer a Xinhua.
55 días hasta Pekín
Esta polémica se produce después de que en agosto la pequeña Zhang Himin, de 8 años, llegara a Pekín tras recorrer 3.550 kilómetros en menos de dos meses desde la isla de Hainan, en el extremo sur de China, bajo un estricto plan de entrenamiento ideado por su progenitor, según Beijing News. Durante los 55 días que duró la "proeza" de la pequeña atleta maratoniana, ésta se levantó cada día a las 2.30 de la madrugada para recorrer 65 kilómetros diarios mientras su padre, Zhang Jianmin, un empresario, la seguía en una bicicleta motorizada. El padre, que dijo que con este ejercicio quería atraer la atención sobre el potencial olímpico de su hija, fue acusado por la prensa de maltratar a su hija con estos entrenamientos.
Según Liu Hong, director de la Federación de Deportes Escolares de China, la maratón de Zhang es "extremadamente dura incluso para un adulto. Seguro que le provocará daños", advirtió. El padre se defendió y dijo: "Hago que el entrenamiento sea divertido para ella. No la obligo. Le encanta correr, mucha gente no nos entiende. Tanto si la gente se opone como si no, seguiremos adelante".
Disciplina soviética
El rotativo explicaba que la mujer de Zhang había pedido el divorcio por la forma en que su marido entrena a su hija desde los 3 años. El padre ha reconocido que castiga físicamente "de forma esporádica" a la pequeña "porque los niños a veces requieren disciplina".
Estos métodos amateur no están tan alejados de los habituales en los centros de entrenamiento olímpicos chinos, inspirados en los de la extinta Unión Soviética. Los expertos piensan que el motivo es la obsesión de los padres chinos por convertir a sus hijos únicos (desde 1978 se prohíbe tener más de un hijo por familia en China) en número uno en cualquier materia, ya que las pensiones son tan bajas que los jubilados dependen de los ingresos de sus descendientes para sobrevivir.

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